En un fallo histórico, Fabio Giménez, líder de una peligrosa organización criminal en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, fue condenado a 28 años y 8 meses de prisión por una serie de delitos, incluyendo extorsión, abuso de armas y tráfico de estupefacientes. La sentencia marca un hito en la lucha contra la criminalidad organizada.
El martes pasado en un juicio abreviado, la Jueza de Primera Instancia Paula Álvarez homologó el procedimiento propuesto por la Fiscalía, condenando a Fabio Giménez de 34 años, a una pena de 15 años de prisión unificada a 28 años y 8 meses de prisión efectiva. La resolución afecta a uno de los cabecillas de una organización criminal que operaba desde la cárcel, en la Unidad 1 de Coronda, y que fue responsable de una serie de delitos graves en Rosario y Villa Gobernador Gálvez.
La condena es el resultado de una compleja investigación dirigida por el Fiscal Pablo Socca, quien logró demostrar que Giménez lideraba una banda criminal dedicada a la extorsión, amenazas, homicidios por encargo, tráfico de estupefacientes y otros actos ilícitos. El condenado impartía órdenes desde su lugar de detención, utilizando su celular para coordinar atentados y extorsiones, incluso seleccionando a las víctimas y distribuyendo armas de fuego de alto poder.
A su lado, Samanta V su pareja, jugaba un rol clave dentro de la organización. Se encargaba de la logística, recabando información sobre las víctimas y facilitando la ejecución de los crímenes. Además, ambos estaban involucrados en la venta de estupefacientes y la gestión de la recaudación, un círculo vicioso que mantenía a la organización en funcionamiento.
Entre los hechos más graves que se les imputan, destaca la extorsión a un grupo familiar dueño de una empresa de mudanzas, a quienes, bajo amenazas de muerte, se les exigió una gran suma de dinero. Además, se les atribuyen amenazas con armas de fuego a comerciantes y empresarios locales, un comportamiento sistemático que creó un clima de terror en la comunidad.
Con esta condena, la justicia da un paso firme en la lucha contra la criminalidad organizada, enviando un mensaje claro a aquellos que piensan que pueden operar desde las sombras sin consecuencias. Aunque la banda ha sufrido un golpe significativo, las investigaciones continúan para desmantelar por completo esta red delictiva. Sin duda, el fallo de ayer marca un precedente en la lucha por recuperar la seguridad y la paz en la región.